"Esta mañana he descubierto que una buena amiga está en un proceso similar al mío, en la lucha por superar una adicción. Hace un mes descubrí que una chica que acababa de conocer, a la que le conté mis problemas de adicción, había pasado un período de tiempo en su vida en el cual había llegado a tener serios problemas con las máquinas tragaperras. Días antes de que me contara esta historia, otra amiga mía me explicó que su hermano lo había pasado muy mal con el juego. Y, esa misma semana, me había decicido a contarle a otro amigo mío mi problema, ya que yo había visto como él habitualmente jugaba en los bares, y me comentó que su padre también tuvo problemas con el juego, y todavía lo está pagando.......Desgraciadamente, existen muchas carencias en este mundo en el que vivimos que nos llevan a sufrir todo tipo de adicciones. Afortunadamente, hay muchos medios para salir adelante..."
Las primeras semanas en mi recuperación fueron muy emotivas. Yo estaba pasándolo francamente mal, me sentía culpable y responsable total de mi ruptura sentimental con Eva. Por un lado no entendía cómo habíamos podido llegar a esa situación, y por otro lado no entendía cómo no había fórmula para arreglar todo aquel desaguisado. A la terapia de grupo tenía que haber ido con Eva, y sin embargo fui con mi madre. La gran mayoría de los enfermos que se encontraban allí iban con su pareja, aquello me hacía sentir mal, sobretodo las primeras sesiones. También tengo que admitir que cada jueves, después (o antes) de las sesiones de terapia, recibía una llamada o mensaje de Eva para que le contara como lo llevaba, para darme ánimos etc....
Pero eso no era suficiente para mí. Necesitaba alguien que fuera cómplice, alguien que me supiera y quisiera escuchar, ya que tenía muchas cosas que explicar, y Eva no era capaz de soportar ni cinco minutos, ya que se le revolvía el estómago cuando le contaba las idas y venidas, anécdotas y experiencias del resto, los dimes y diretes...
Por otro lado, el psicoterapeuta practicamente me "obligó" a desengancharme, no sólo del juego, si no también de Eva. Ella había tomado la decisión de separarse de mi, y yo debía asumirla lo antes posible para poder levantar cabeza.
El panorama no era el mas halagüeño, la verdad. Y yo estaba deseando desahogarme, y demostrar que tenía los (y perdón por la expresión) "cojones" suficientes como para poder superar la adicción y salir adelante. Mi madre, la pobre, me acompañaba a todas las sesiones de terapia, me ayudaba en todo lo que podía, sufría también lo suyo cuando escuchaba la verdad sobre mi caso y sobre las historias del resto, etc.
Entonces entran en escena los amigos, y dos de ellos en concreto. Los pilares de mi recuperación (al margen de mi familia, claro está) y a los que les debo media vida, Esther y Pedro.
Esther siempre me ha apoyado, en todo momento, siempre ha estado a mi lado, y sobretodo siempre me ha demostrado total honestidad y sinceridad (después de todo lo pasado, es lo que más valoro en esta vida, la sinceridad.....) Al pie del cañón, capaz de animarme en los peores momentos, de albergar un hilo de esperanza, siempre positiva, pero desde un punto de vista objetivo. De hecho, creo que es la única persona que todavía cree que Eva y yo estamos hechos el uno para el otro, y que vamos a acabar de nuevo juntos. Hay una frase suya lapidaria que ahora me viene a la mente... "Rai, sabes que nunca me equivoco..."
De carácter introvertido, puede llegar a parecerte antipática si no la conoces, pero tiene un corazón que no le cabe en el pecho, y, como la mayoría de personas buenas en este mundo, se preocupa por todo y por tod@s excepto por ella. Ha sido y sigue siendo parte tan importante en mi recuperación, como el resto de componentes/elementos.
El caso de Pedro es bastante curioso. Lo conozco desde hace muchos años, quizá 10 o 12, pero hasta el año pasado no nos conocimos realmente. Un trozo de pan, muy inteligente, y dispuesto en todo momento a echar una mano a quien lo merezca. En este sentido, Pedro entiende mi enfermedad perfectamente ya que su padre, que en paz descanse, pasó por el mismo trance. Y siempre me ha confesado que al principio no entendía por qué lo hacía, pero con el tiempo fue descubriendo que no era tan simple como que alguien jugara por vicio, como piensa mucha gente (ignorantes).
Pero eso no era suficiente para mí. Necesitaba alguien que fuera cómplice, alguien que me supiera y quisiera escuchar, ya que tenía muchas cosas que explicar, y Eva no era capaz de soportar ni cinco minutos, ya que se le revolvía el estómago cuando le contaba las idas y venidas, anécdotas y experiencias del resto, los dimes y diretes...
Por otro lado, el psicoterapeuta practicamente me "obligó" a desengancharme, no sólo del juego, si no también de Eva. Ella había tomado la decisión de separarse de mi, y yo debía asumirla lo antes posible para poder levantar cabeza.
El panorama no era el mas halagüeño, la verdad. Y yo estaba deseando desahogarme, y demostrar que tenía los (y perdón por la expresión) "cojones" suficientes como para poder superar la adicción y salir adelante. Mi madre, la pobre, me acompañaba a todas las sesiones de terapia, me ayudaba en todo lo que podía, sufría también lo suyo cuando escuchaba la verdad sobre mi caso y sobre las historias del resto, etc.
Entonces entran en escena los amigos, y dos de ellos en concreto. Los pilares de mi recuperación (al margen de mi familia, claro está) y a los que les debo media vida, Esther y Pedro.
Esther siempre me ha apoyado, en todo momento, siempre ha estado a mi lado, y sobretodo siempre me ha demostrado total honestidad y sinceridad (después de todo lo pasado, es lo que más valoro en esta vida, la sinceridad.....) Al pie del cañón, capaz de animarme en los peores momentos, de albergar un hilo de esperanza, siempre positiva, pero desde un punto de vista objetivo. De hecho, creo que es la única persona que todavía cree que Eva y yo estamos hechos el uno para el otro, y que vamos a acabar de nuevo juntos. Hay una frase suya lapidaria que ahora me viene a la mente... "Rai, sabes que nunca me equivoco..."
De carácter introvertido, puede llegar a parecerte antipática si no la conoces, pero tiene un corazón que no le cabe en el pecho, y, como la mayoría de personas buenas en este mundo, se preocupa por todo y por tod@s excepto por ella. Ha sido y sigue siendo parte tan importante en mi recuperación, como el resto de componentes/elementos.
El caso de Pedro es bastante curioso. Lo conozco desde hace muchos años, quizá 10 o 12, pero hasta el año pasado no nos conocimos realmente. Un trozo de pan, muy inteligente, y dispuesto en todo momento a echar una mano a quien lo merezca. En este sentido, Pedro entiende mi enfermedad perfectamente ya que su padre, que en paz descanse, pasó por el mismo trance. Y siempre me ha confesado que al principio no entendía por qué lo hacía, pero con el tiempo fue descubriendo que no era tan simple como que alguien jugara por vicio, como piensa mucha gente (ignorantes).
Supongo que también nos unió bastante el hecho de que los dos prácticamente nos quedáramos "solteros" a la misma vez. Nos juntábamos en su casa o en la mía, y nos pasábamos horas explicándonos nuestras penas, nuestras esperanzas, nuestros objetivos, nuestras promesas....
Recuerdo cómo salió el tema de mi adicción, cómo se lo expliqué. Él me había visto con Eva apenas un par de veces, pero me había oído hablar maravillas de ella, de lo bien que nos iba, y de que probablemente se vendría a vivir a Barcelona en breve. De repente, la relación estalla. Pedro se queda bastante extrañado, y me pregunta y me sigue preguntando, ya que no entiende cómo se podía haber ido al garete una relación tan idílica como la que llevábamos Eva y yo, de la noche a la mañana. Entonces decido explicarle cual ha sido la causa fundamental, y es cuando él se suelta también y me cuenta lo de su padre.....y hasta ahora, juntos, inseparables.
Para qué te sirve tener 300 amigos en facebook si a la hora de la verdad, los que te son fieles y están en cualquier momento y a cualquier hora los tienes contados con los dedos de la mano?
Esther y Pedro han estado SIEMPRE a mi lado. No importaba si era invierno o verano, si de noche o de día, si hacía sol o llovía. Pero su amistad no ha consistido sólo en estar a mi lado, no. Se han mojado, y han puesto todo de su parte para que recuperara mi felicidad, o al menos una parte de ella.....Cuando me han visto llorar, han participado activamente, no se han quedado impasibles (ya que eso no sirve). Han querido trabajar a mi lado, codo con codo, por mi bien. Esta es la definición que yo entiendo, de un tiempo a esta parte, de AMIGO.
" los amigos son la familia que escogemos nosotros mismos "
ResponderEliminarTe mereces lo mejor por la calidad humana que tienes y AHORA Y SIEMPRE deseo que se cumplan todos tus deseos
ResponderEliminarEl facebook hizo que nos volviéramos a encontrar y que fuera una de tus tant@s "amig@s". Ahora que ya no estoy en él quiero que sepas que me sigues teniendo como amiga a pesar de la distancia.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. Vuestro aliento es impagable.
ResponderEliminarPrecioso!!! y... cuánta razón tienes!!!
ResponderEliminarGracias anónimo, me alegro de que te guste
ResponderEliminarHola Rai F he leido algo de lo que comentan amigos que han pasado por ese infierno de la adicción. Deciros que me alegro mucho, por osar a contarlo, que ya es un gran paso, y mucho mejor salir de ahi.
ResponderEliminarFelicidades a los que lo conseguisteis
Me gusto esto, asi que ya tienes una seguidora más
Saludos!
Muchísimas gracias Boni, cada palabra vuestra me da más fuerzas si cabe para seguir luchando. Gracias
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