"Me viene ahora mismo a la mente una canción infantil, de cuando éramos pequeños, de la serie de dibujos animados la vuelta al mundo de Willy Fog, en la que decían...si te encuentras en peligro, sílbame y ya voy...Si te encuentras en peligro solicita ayuda profesional, acude rápidamente a tu gente, a tu doctor."
Muchas veces somos escépticos y reticentes a solicitar ayuda profesional, pero suele ser necesario. Cuando hablo con mi gente y les confieso mi problema, descubro que la gran mayoría tiene o ha tenido problemas, de cualquier tipo, no entraremos en detalles, y un porcentaje muy alto de esa gran mayoría se medica o se visita actualmente... o ambos.
Pues bien, después de que Eva abandonara el barco, el barco naufragó. Me hundí, perdí todo tipo de ilusiones, me derrumbé...
Sin embargo debía avanzar, tenía por delante cuatro meses de terapia semanal, y esta vez no podía fallar, no podía fallar a mi familia, no podía fallar a mis amigos, no podía fallar a Eva, y sobretodo no podía fallarme a mí....Porque cuando uno decide enfrentarse a una adicción y luchar por superarla, no tiene que hacerlo por nadie más que por él mismo. Evidentemente, yo quería demostrarle a todo el mundo en general, y a Eva en particular, que era capaz de superar y poder sobrellevar la enfermedad el resto de mis días sin volver a recaer, pero a quien de verdad tenía que demostrárselo era (y es) a mí mismo.
Enseguida me puse "manos a la obra". Mientras esperaba para empezar la terapia de grupo (esta vez la completa, y no la de prevención de recaídas que fue la que hice la otra vez), a mi madre le aconsejaron que me llevara a algún psicólogo, no en vano estaba sin fuerzas para hacer nada, no comía, me pasaba los días y las noches llorando, estaba triste, alicaído, un cero a la izquierda en el trabajo.... un muerto viviente.
Gracias a mi tía conocí a Juan José, un psicoterapeuta, naturópata, que trabaja con medicina homeopática, todo natural, flores de bach, etc. El primer día que fuí a su consulta salí bastante indignado. Me dijo que era un inseguro y un inmaduro. Pensé en no volver más.
La verdad es que durante aquella semana empecé a darle vueltas y vueltas a lo que me había dicho, recapacité en frío, y al final le di la razón a Juan José....Era cierto, mi adicción al juego, en parte, se debía a una inmadurez. Mi padre falleció cuando yo tenía 16 años, y eso me hizo crecer de golpe, no pude pasar por la adolescencia como pasa cualquiera. Pero, según Juan José (Juanjo a partir de ahora), me quedé ahí estancado, en aquella época, y tenía que salir.. Por otro lado, mis problemas de celos se debían principalmente a un tema de inseguridad...
Al mismo tiempo que empecé a tratarme con Juanjo, me llamaron de Bellvitge para empezar con la terapia de grupo, febrero de 2010.
Cada jueves, durante cuatro meses, once personas, trabajando duro para salir del atolladero...Al mando, la doctora Montse G.
Las dos primeras sesiones fueron horribles, desde el punto de vista que, en teoría yo tenía que asistir con mi pareja, y Eva no estaba junto a mi......Fue lo peor de todo, en cuanto asumí que no estaría a mi lado todo empezó a digerirse mejor.
Empieza una nueva etapa en mi vida. Empieza la verdadera lucha. Hasta la fecha me hallaba sin herramientas, indefenso en medio del campo de batalla, sin espada ni escudo con el que protegerme. A partir de ahora la cosa cambiaba.
Lo primero de todo era recuperar la autoestima. Después llegaría lo demás, con lucha, fuerza de voluntad (mucha), y con una base científica y profesional, que me ayudaría a ser fuerte, a combatir mi ludopatía, a luchar por vivir, por recuperar la felicidad.......
Seguro que Eva estaba a tu lado, tal vez no presencialmente pero sí en su corazón y en su mente
ResponderEliminarSeguro que sí Anónimo. Si hay algo que tengo claro es que Eva siempre ha estado, y está a mi lado, a su manera, pero cerca mío a pesar de estar lejos físicamente....
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