viernes, 4 de marzo de 2011

10 - Nuevos problemas, nuevos juegos....viejos problemas


"Hablar mucho es fundamental, hay que sacarlo todo, no se debe quedar nada dentro porque, el problema más minúsculo puede crecer de manera exponencial y provocar una gran catástrofe en nuestro interior"




Pues bien, después de explicarle todo el problema a Luna y de medio-convencer a mi madre de que yo sólo, sin necesidad de ayuda profesional, podía salir adelante, volví a empezar de nuevo. Empecé a trabajar  duro para dejar de una vez las malditas máquinas "tragaperras". Y bien que lo conseguí (o eso creo). Me costó, porque este país, tiene más bares que habitantes, y todos los bares tienen máquinas.......Pero fui saliendo.
También es cierto que no tenía mucho que gastarme, pasaba muy justo cada mes con mi sueldo y Luna aportaba más bien poco.
Volví a matricularme para acabar la carrera, en la universidad a distancia. Parecía que todo se empezaba a enderezar de nuevo.....parecía, pero fue justo un espejismo.

Cuando una persona tiene una enfermedad como la mía, considero que es muy importante el estado de ánimo, la fuerza de voluntad, tener estabilidad emocional, etc. Pues bien, mi relación con Luna era una contínua montaña rusa, tres días en la gloria y dos semanas en el infierno, de repente me prometía amor eterno, y al rato estaba flirteando con cualquiera. Cierto es que siempre he sido una persona celosa, pero su comportamiento iba más allá, y empecé a pasarlo muy mal. Luna se convirtió en posesiva y libertina a la vez. Posesiva conmigo (me separó de mis amigos, de mi familia, intentó incluso que dejara mis aficiones más arraigadas), pero luego, a la hora de la verdad, se burlaba de mí con sus devaneos. Yo me sentía fatal. No quería creer que la persona por la cual yo había dado un giro de 180 grados en mi vida, no era quien yo me imaginaba. Había puesto todo mi empeño en aquella relación. Lo había dado todo, y no estaba recibiendo más que desengaños, desilusión, mentira tras mentira. Y me sentí fracasado una vez más.

Y otra vez, más que vulnerable ante el juego. La verdad es que cada vez tenía más claro que las máquinas no eran la válvula de escape más adecuada, no obtendría ningún beneficio, ni tan siquiera el desahogo a mis problemas sentimentales. Pero entonces fue cuando aparecieron otro tipo de "entretenimientos", las casas de apuestas online.

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